sábado, 29 de marzo de 2008

Los Inquebrantables (Cassandra's Dream) (2007)

Por Juls


Woody Allen es sin duda uno de los directores más controvertidos de la historia, tanto por la diversidad en los cortes de sus filmes como por su propia personalidad (si no lo amas, lo odias). Su larga carrera puede dividirse en etapas; desde que comenzó en 1966 con la comedia What's Up, Tiger Lily?, hasta sus últimas tres producciones: Match Point, Scoop y ahora Cassandra’s Dream, sin olvidar que para muchos de sus seguidores, la cumbre de su carrera la tuvo durante la década de los años 70 con tres producciones que marcaron su inimitable estilo: Annie Hall (para muchos su obra maestra) Interiors y Manhattan.

Haber logrado tanto éxito y buenas críticas dentro de su filmografía podría resultar contraproducente para el director, quien fue decayendo (para la crítica) producción tras producción. Fue hasta el 2005 con el drama criminal Match Point, el año en el que el neoyorkino volvió a tomar fuerza, además de que fue su primer filme rodado completamente en Inglaterra. Acto seguido nos presenta la comedia titulada Scoop (en el 2006), que a pesar de ser protagonizada nuevamente por Scarlett Johansson, no corrió con la misma suerte. Este año se estrena en México Los Inquebrantables (Cassandra’s Dream), filme con el que regresa al género del drama criminal desarrollado en Inglaterra para el cual decidió que ninguno de sus actores principales sería estadounidense.

Los Inquebrantables (Cassandra’s Dream)
nos presenta un momento en la vida de dos hermanos Ian (Ewan McGregor) y Terry (Colin Farrell). El primero, dedicado a ayudarle a su papá en el negocio familiar, a pesar de que su más grande deseo es convertirse en inversionista de hoteles en Estados Unidos y tener todo el dinero que siempre ha soñado, a diferencia de su hermano menor, un experto en carros que trabaja como mecánico para llevar una vida al día junto a su novia, su único problema es la adicción que tiene con el juego y su obsesión por la suerte y el azar.

Todo comienza con el deseo de ambos de adquirir un viejo bote para navegar los fines de semana y sentir la libertad. Con suerte y algo de esfuerzo lo compran y lo nombran Cassandra’s Dream, es entonces cuando su vida da un enorme giro: Ian conoce a Angela (Hayley Atwell) una bella actriz a la que engaña haciéndole creer que adquirirá una construcción en Los Ángeles, mientras la pasea en los autos de autos de lujo que su hermano le presta del taller. Mientras tanto Terry, en su tremenda obsesión por el juego se endeuda por una grande cantidad que debe ser pagada. Sin ningún tipo de recursos, los hermanos únicamente pueden recurrir a su millonario tío Howard (Tom Wilkinson). Sólo él puede ayudarlos a pagar la deuda de Terry y a conseguir dinero para las inversiones de Ian. Howard siente un gran cariño por sus sobrinos, y sobre todo, confía en ellos, tanto que es capaz de pedirles que asesinen a una persona que pone en peligro su trabajo y su vida. ¿Aceptarán por desesperación los hermanos? Eso no lo revelaré, únicamente puedo decirles que todo lo que comenzó en un bote, terminará ahí mismo.

El argumento es entretenido y logra mantener al público en suspenso. Lo que en esta ocasión falló por parte de Allen fue la unificación de tantos elementos que quiso mostrar. Por un lado dos personas sumamente diferentes tratando de demostrar hermandad entre ellos y por otro, conjuntar la tensión y el hilo de la trama con las actuaciones: McGregor, a quien ya hemos visto realizando excelentes personajes, parece débil en esta ocasión (pero no por su trabajo, sino por la fuerza argumental de su personaje) y Farell, quien ha contado con menos presencia, desarrolla a un Terry exagerado cuyas tragedias se convierten sin querer en un humor negro para el espectador. Tal vez esta fue la intención del director, pero hay algo en Los Inquebrantables (Cassandra’s Dream) que podría desilusionarnos dentro de su trayecto, sin embargo, al verlo de una forma independiente (de la historia del director), se cuenta con las ventajas de un drama diferente con un final inesperado y buenas actuaciones.

En México, unas semanas después, se estrenó el nuevo filme de Sidney Lumet titulado Before the Devil Knows You’re Dead, cuya trama (también acerca de dos hermanos con problemas financieros), cuenta más fluidez y coherencia. Woody Allen es un director y escritor que decide mantener en secreto los detalles de sus futuras producciones por lo que crea grandes expectativas. Su época dorada probablemente ya no regresará, pero como público confío en que volverá a sorprendernos muy pronto.

viernes, 28 de marzo de 2008

La Zona (2008)

Por Bling

Presentando un cúmulo de talento internacional, La Zona es una película mexicana en cuanto a su producción, locaciones y la mayoría de su talento artístico, realizada por un director uruguayo, Rodrigo Plá y escrita por su esposa, la española Laura Santullo.

Imposible dejar de admirar el valor de este director que con su ópera prima nos muestra una aguda exposición de un problema que se ha venido acentuando en nuestro país en los últimos años, las fuertes disputas entre sociedades de diferentes estratos socioeconómicos. A raíz de esta polarizante situación que vivimos, cada vez es más difícil tratar con temas de esta naturaleza ya que al parecer los límites de tolerancia en los que nos manejamos día a día son sumamente frágiles, tal y como se puede apreciar en la cinta. En ese tenor, la mención al ex senador Diego Fernández de Cevallos, es el más claro referente de que la película no deja ser “política” como el mismo director lo mencionara en entrevista.

La historia comienza cuando tres jóvenes aprovechan un fortuito accidente natural, para entrar a robar en un residencial llamado La Zona. A partir de este incidente, se romperá la tranquilidad de los vecinos que ahí habitan y se desencadenaran una serie de acontecimientos que mostraran los alcances de los colonos en la lucha por no perder sus privilegios, así como su aparente sociedad perfecta.

Para manejar la complicada interacción entre sociedades diferentes, Plá no utiliza una historia de amor trágica como en Amarte Duele (2002), sino que construye un espacio utópico, donde los inquilinos conviven en una aparente armonía que los aleja enormemente de la realidad que se vive en el exterior, aunque físicamente se encuentren separados por unos cuantos metros de distancia.

La Zona es una fortaleza fuertemente resguardada, la cual posibilita que sus habitantes salgan de este espacio en contadas ocasiones, sobre todo los niños, ya que asisten a la escuela en este mismo lugar. De cierta forma, en La Zona se vive con leyes propias, ya que entre otras cosas, la policía no está facultada para entrar a este lugar. Los colonos aluden al derecho de buscar la mayor seguridad posible para ellos y sus hijos debido al peligro cotidiano que se vive en la ciudad, después de todo, vivir en un lugar así es un privilegio que les ha costado mucho llegar a obtener. Sin duda argumentos sumamente debatibles y una posible pincelada a las habituales posturas derecha-izquierda en el cotidiano acontecer social.

El director logra mantener con éxito la atención del espectador ya que cuenta con escenas de acción bien ejecutadas, sobre todo las secuencias de persecuciones. En cuanto a las actuaciones, la punta de lanza la lleva el experimentado actor Daniel Giménez Cacho, quien ya es una garantía desde hace mucho tiempo, su papel como el vecino que aporta la sensatez en los momentos de mayor tensión es bastante destacable. Por otra parte, es una pena que el papel de la española Maribel Verdú -a quien ya se nos está haciendo costumbre verla en producciones nacionales-, sea tan corto, ya que su postura en contra de la decisiones que toman los vecinos del residencial, la hacen ver más bien como una madre histérica, esto no es culpa de ella, sino a la falta de profundidad con la que se dotó al personaje.

Aunque es satisfactorio también el trabajo Carlos Bardem, quien interpreta a Gerardo, uno de los vecinos más reaccionarios e intolerantes, quizás la sorpresa más agradable en el ámbito actoral sea la presentación del joven Daniel Tovar, el cual se diera a conocer por la serie de Nickelodeon "Skimo", pero que no había tenido como hasta ahora la oportunidad de mostrarse en un papel importante en la pantalla grande. Su papel como Alejandro, un chavo confundido ante la difícil situación de encontrar en el sótano de su casa a Miguel (el ladrón que todos están buscando), lo ubica como un interesante prospecto del cine nacional. Los diálogos e interacción entre Miguel y Alejandro, se convierten sin duda alguna, en el corazón de la cinta.

Estrenada desde el año pasado en diferentes festivales internacionales, es una pena que La Zona pasara tan desapercibida por las carteleras mexicanas a pesar de traer consigo importantes cartas de presentación como el premio de la Crítica Internacional del Festival de Toronto así como el León del Futuro (o premio Luigi De Laurentiis) en el Festival de Venecia.

Sólo nos queda esperar la oportunidad de ver esta cinta en DVD, una propuesta arriesgada, con consciencia social y a la vez entretenida que pone al director Rodrigo Plá en el ojo del huracán dentro de la industria del cine de nuestro país y nos da ánimos y expectativa para darle seguimiento a su prometedora carrera.

lunes, 24 de marzo de 2008

Candy (2006)

Por Juls

Sin duda, uno de los más trágicos acontecimientos del año dentro del mundo del espectáculo, fue la repentina y trágica muerte del actor australiano Heath Ledger, quien a sus 28 años de edad fue encontrado muerto debido a una sobredosis de drogas previamente prescritas. Es curioso notar que hasta entonces, tanto los cinéfilos como la crítica cinematográfica observaron lo que la industria había perdido: un excelente actor autodidacta que comenzaba a ser tomado en cuenta (sobre todo por su papel de vaquero homosexual en Brokeback Mountain), y al cual se le había asignado la dura tarea de interpretar al legendario Guasón en el próximo filme de Batman: The Dark Knight, y que no sería consagrado en el rango de excelencia hasta ver que por lo menos igualara la actuación que realizó Jack Nicholson hacia el mismo. Ahora, la crítica no espera.

Tras dos años de su estreno, se rescata Candy, uno de los filmes protagonizados por Ledger que en su momento pasó desapercibido (por lo menos en nuestro país). Y que a pesar de que ya es conseguible en DVD (R1), pronto será el momento de disfrutarla en pantalla grande. ¿Por qué hasta ahora? Las razones las dejo a su consideración.

En la última década se han presentado varias producciones cuyos temas involucran a la drogadicción, al alcoholismo o a la prostitución. Muchas de ellas se han convertido ya en clásicos (Trainspotting, Requiem for a Dream, Pulp Fiction, Living las Vegas, Walk the Line) y otras más han pasado desapercibidas. El caso de Candy -a pesar de que sus personajes son adictos- es distinto. El director Neil Armfield, reconocido director del teatro australiano, adapta una novela escrita por Luke Davies y la transforma en un drama romántico de tres actos (Cielo, Tierra e Infierno) en el que Ledger tiene la oportunidad de regresar a su origen e interpretar a un personaje utilizando su acento natal.

Candy (Abbie Cornish), es una hermosa joven estudiante de arte que se enamora perdidamente de Dan, un poeta adicto a la heroína. Su relación se basa en la libertad, en los placeres que la droga les provoca y por la que cada momento se sienten más unidos e invencibles. Su vida comienza con los sueños que comparten y con las experiencias que como dos niños viven gracias a su tercer amante: la heroína. Sin embargo dicha armonía y perfección no durarían para siempre.

Tras los problemas económicos a los que se enfrentan, Candy se ve en la necesidad de prostituirse con el consentimiento de Dan quien pronto le pide matrimonio. A pesar del desacuerdo hacia la relación por parte de los padres de Candy, logran realizar la unión que los fortalecería más, ignorando que sería el principio de su gran desgracia. La figura paterna de ambos la encuentran en Casper (Geoffrey Rush), un exuberante químico adicto que se preocupa por abastecerlos de droga y efectivo de vez en cuando. Así, la pareja se enfrentará a un sinfín de emociones, de carencias y de problemas que terminarán por ir arruinando no sólo la relación, si no el resto de sus cada vez más caóticos días.

El argumento es predecible, o por lo menos en gran parte. El hecho de que se divida en tres segmentos corta la continuidad de la historia que se hace más y más evidente. Sin embargo, la fuerza del filme no está en el guión, si no en la forma en la que el director logró transmitir a los actores la fuerza para la interpretación de una pareja adicta no sólo a la droga, si no a ellos mismos y la manera en que sus propias pasiones se van perdiendo y disolviendo entre el amor y la locura. Sus personajes están bien definidos, Candy es la típica joven reprimida que encuentra su libertad en Dan, el artista protector de sus sueños que la llevaría al cielo eternamente. Dan por su parte, concibe a Candy como lo más importante en su vida y es a ella a quien protegerá siempre, aunque tenga que renunciar a las drogas.

Como espectador, es difícil separar el hecho de que Ledger haya muerto tan joven y que públicamente se conocía desde hace años su íntima relación con las drogas. Esto sin duda es una situación conmovedora, tétrica y emocionalmente fuerte. Objetivamente es una de las mejores actuaciones de Ledger, que junto a Lords of Dogtown, Brokeback Mountain, A Knight’s Tale y The Brothers Grimm, y las esperadísimas The Dark Knight y su última actuación en The Imaginarium of Doctor Parnassus, nos dejará un legado que podremos disfrutar durante mucho tiempo.

Dan: What if that was it?

Candy: That was what?

Dan: The last shot.

Candy: I wouldn't care.

domingo, 23 de marzo de 2008

10,000 A.C. (2008)

Por Bling

El director nacido en Alemania Roland Emmerich nos trae su más reciente film titulado 10,000 A.C. (10,000 B.C) el cual explora la vida del hombre prehistórico.

La cinta sigue el viaje que tiene que emprender D'Leh (Steven Strait) miembro de una tribu de cazadores de mamuts, para salvar a su amada Evolet (Camilla Belle) y en el proceso darse cuenta que según una vieja profecía, su papel en la historia es más importante de lo que jamás imaginó.

Con Emmerich ya se viene presentando como sello personal el hecho de que en la mayoría de sus películas se le dé mayor prioridad a los efectos especiales que al desarrollo de la historia y al guión, y en ese sentido hay varios ejemplos de sus trabajos previos que confirman este argumento: Godzilla, El Día de la Independencia y El Día Después de Mañana, donde Emmerich explota visualmente con grandes efectos especiales, pero con un argumento débil, o que se cae en algún momento de la cinta.

Desafortunadamente, en 10,000 A.C. el director va más allá en la cuestión de los desaciertos, quizá el más grave fue que nunca logró establecer los límites entre una película de corte histórico con una de ciencia ficción, donde el tamaño de un diente de sable puede ser casi igual al de un elefante o presentar como algo común a unas gigantes avestruces depredadoras que persiguen a los personajes en una de las escenas más absurdas de la película.

En el terreno actoral, se confió en nuevas caras para los papeles protagónicos. Por la tanto el peso del filme recae en el inexperto Steven Strait y en su pareja sentimental, Camilla Belle, la cual con su belleza y rasgos tan finos cuesta trabajo concebirla como una mujer de la prehistoria. A pesar de que ambos no están del todo mal, quedó de manifiesto el error de apostar por ellos para protagonizar una cinta de estas proporciones (una producción de más de 100 millones de dólares), a su vez se deja asentado que si bien las películas previas de este director no contienen gran profundidad, por lo menos contaban con actores popularmente conocidos como Will Smith, Jeff Goldblum, Bill Pullman, Matthew Broderick y Jean Reno entre otros.

Lo más rescatable de la cinta sería el aspecto visual, rubro en el que el director ha puesto tanto empeño en sus trabajos previos, aunque en esta ocasión con algunos altibajos, como la escena de la persecución de los mamuts que prometía ser memorable, pero que desafortunadamente se echó a perder cuando los cazadores quedan colgados de la red y son arrastrados, resultando más bien una escena chusca. Para la realización de la fotografía volvió a echar mano de Ueli Steiger, trabajo que se realiza de manera por demás satisfactoria. Otro aspecto a resaltar, es la voz del consagrado actor Omar Sharif como narrador.

Con estos antecedentes, no es nada alentador saber que el nuevo proyecto de Roland Emmerich será "2012", filme que abordará el tema del fin del calendario maya, y las profecías que catastróficas que esta fecha conlleva. Esperaremos al 2009 para ver el estreno de este nuevo proyecto.

"Hago películas para las masas" dijo alguna vez Roland Emmerich en una entrevista. Con los títulos que tiene bajo el brazo nos queda muy claro esto, pero ojalá que este no sea el argumento del director para que siga haciendo filmes como 10,000 A.C.