lunes, 24 de marzo de 2008

Candy (2006)

Por Juls

Sin duda, uno de los más trágicos acontecimientos del año dentro del mundo del espectáculo, fue la repentina y trágica muerte del actor australiano Heath Ledger, quien a sus 28 años de edad fue encontrado muerto debido a una sobredosis de drogas previamente prescritas. Es curioso notar que hasta entonces, tanto los cinéfilos como la crítica cinematográfica observaron lo que la industria había perdido: un excelente actor autodidacta que comenzaba a ser tomado en cuenta (sobre todo por su papel de vaquero homosexual en Brokeback Mountain), y al cual se le había asignado la dura tarea de interpretar al legendario Guasón en el próximo filme de Batman: The Dark Knight, y que no sería consagrado en el rango de excelencia hasta ver que por lo menos igualara la actuación que realizó Jack Nicholson hacia el mismo. Ahora, la crítica no espera.

Tras dos años de su estreno, se rescata Candy, uno de los filmes protagonizados por Ledger que en su momento pasó desapercibido (por lo menos en nuestro país). Y que a pesar de que ya es conseguible en DVD (R1), pronto será el momento de disfrutarla en pantalla grande. ¿Por qué hasta ahora? Las razones las dejo a su consideración.

En la última década se han presentado varias producciones cuyos temas involucran a la drogadicción, al alcoholismo o a la prostitución. Muchas de ellas se han convertido ya en clásicos (Trainspotting, Requiem for a Dream, Pulp Fiction, Living las Vegas, Walk the Line) y otras más han pasado desapercibidas. El caso de Candy -a pesar de que sus personajes son adictos- es distinto. El director Neil Armfield, reconocido director del teatro australiano, adapta una novela escrita por Luke Davies y la transforma en un drama romántico de tres actos (Cielo, Tierra e Infierno) en el que Ledger tiene la oportunidad de regresar a su origen e interpretar a un personaje utilizando su acento natal.

Candy (Abbie Cornish), es una hermosa joven estudiante de arte que se enamora perdidamente de Dan, un poeta adicto a la heroína. Su relación se basa en la libertad, en los placeres que la droga les provoca y por la que cada momento se sienten más unidos e invencibles. Su vida comienza con los sueños que comparten y con las experiencias que como dos niños viven gracias a su tercer amante: la heroína. Sin embargo dicha armonía y perfección no durarían para siempre.

Tras los problemas económicos a los que se enfrentan, Candy se ve en la necesidad de prostituirse con el consentimiento de Dan quien pronto le pide matrimonio. A pesar del desacuerdo hacia la relación por parte de los padres de Candy, logran realizar la unión que los fortalecería más, ignorando que sería el principio de su gran desgracia. La figura paterna de ambos la encuentran en Casper (Geoffrey Rush), un exuberante químico adicto que se preocupa por abastecerlos de droga y efectivo de vez en cuando. Así, la pareja se enfrentará a un sinfín de emociones, de carencias y de problemas que terminarán por ir arruinando no sólo la relación, si no el resto de sus cada vez más caóticos días.

El argumento es predecible, o por lo menos en gran parte. El hecho de que se divida en tres segmentos corta la continuidad de la historia que se hace más y más evidente. Sin embargo, la fuerza del filme no está en el guión, si no en la forma en la que el director logró transmitir a los actores la fuerza para la interpretación de una pareja adicta no sólo a la droga, si no a ellos mismos y la manera en que sus propias pasiones se van perdiendo y disolviendo entre el amor y la locura. Sus personajes están bien definidos, Candy es la típica joven reprimida que encuentra su libertad en Dan, el artista protector de sus sueños que la llevaría al cielo eternamente. Dan por su parte, concibe a Candy como lo más importante en su vida y es a ella a quien protegerá siempre, aunque tenga que renunciar a las drogas.

Como espectador, es difícil separar el hecho de que Ledger haya muerto tan joven y que públicamente se conocía desde hace años su íntima relación con las drogas. Esto sin duda es una situación conmovedora, tétrica y emocionalmente fuerte. Objetivamente es una de las mejores actuaciones de Ledger, que junto a Lords of Dogtown, Brokeback Mountain, A Knight’s Tale y The Brothers Grimm, y las esperadísimas The Dark Knight y su última actuación en The Imaginarium of Doctor Parnassus, nos dejará un legado que podremos disfrutar durante mucho tiempo.

Dan: What if that was it?

Candy: That was what?

Dan: The last shot.

Candy: I wouldn't care.

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